sábado, 31 de agosto de 2013

Fuego en el salón por un puñado de carros.

Hablando un poco de algún que otro jueguiño.

 

Carros de fuego, es un wargame hex & counter donde se representan épicas batallas de la historia de la humanidad de la antiguedad.

Se trata de un juego para ser jugado en una tarde, cosa que se agradece, para pasarlo bien y además con suficiente chrome para que te quede ese saborcillo histórico (creo estar empleando bien las palabras frikis que me enseñaron mis maestros, por lo de "chrome", digo)

Dentro de la colección Great battles of the history de GMT, nos encontramos con este carros de fuego. Carros de fuego porque se tratan en el volumen muchas batallas (hay diferentes escenarios con mayor o menor dificultad) donde éstos y sus cargas adquieren gran importancia.


Vista general de los ejércitos una vez entrados en faena, posicionándose para la batalla. Abajo egipcios de amarillo, arriba cananitas de rosa.

No es este el caso que se trató en dos primeras tardes de juego. Para aprender poco a poco el sistema, enfrentamos en la llanura de Sekhmen a los egipcios contra los cananitas. Dos líderes con dos facciones por bando. Tropa de a pie, infantería, y grupos de arqueros y manejadores de la honda, artillería ligera se podría decir.


Como en una partida de ajedrez, las unidades se posicionan buscando la mejor estrategia. Como podeis observar el cananita intentaba intimidarme haciendo el indio por las montañas colindantes (arriba a la derecha)

Es como una especie de partida de ajedrez (pues es bastante simétrica la contienda) con distintas fichas que deberemos combinar a modo de conseguir la mayor eficiencia. Es muy interesante intentar maximizar tu potencial y minimizar los daños que te provoca el contrario. Pues habeis de saber, que daños siempre se van a producir. Las tablas de resultados (comunes para todos los escenarios del juego) ya contemplan las zurras que se pueden pegar entre unos y otros en esos enfrentamientos cuerpo a cuerpo en la planicie maldita.

El juego se gana por tropas arrasadas al rival, y es una forma bastante directa de contar. Hay colinas en los laterales del valle, pero estas, a no ser que los contrincantes se vuelvan locos, tienen escasa importancia en la batalla que se desarrolla, generalmente en el centro de una llanura bastante amplia.



Dándonos de leches en medio de la llanura. Mirad el estandarte abajo a la izquierda, ahí rodeándolo están las tropas jodidas en batalla.

Las tropas egipcias dañadas en batalla han de buscar el estandarte del ejército para recuperarse (una especie de hospital de campaña), mientras que los cananitas buscarán desesperadamente volver a la ciudad de la que partieron (ciudad con dos puertas representada en un extremo del mapa). Hago aquí un impás para comentar que dos puertas en una ciudad supuestamente amurallada de la antiguedad se me hace bastante raro, será una peculiaridad del pueblo cananita y su apertura de miras, quien sabe...

Existen muchas sutilezas que hacen el juego muy interesante, pero habrá que tener cuidado con una principalmente: La orientación de los grupos de combate, y sobre todo la orientación de las tropas de artillería, para el disparo, y para la respuesta, siempre dentro del arco de 180 frontal al encaramiento.



Situación casi al final. Tanto uno como otro nos habíamos zurrado bien, pero al cananita le habían desertado más en vez de palmar en el desierto intentando huir y por ello a estas alturas iba ganando. Sus tropas dañadas se parapetaban en la infame ciudadela.

En fin, sutilezas, pero el arbol en este caso no oculta el bosque, y la experiencia es completa y se disfruta y mucho. Muy buenos juegos para echar una tarde. Sin más pretensiones que pasarlo bien.