lunes, 16 de septiembre de 2013

La guerra del Emperador!

Y después del verano... Sí, pequeñuelos, volvimos a retomar una partida que ya se estaba retrasando demasiado en el tiempo. La conquista de Europa por parte de Napoleón se extendió esta vez más de lo previsto, y se extenderá, pues aun no hemos terminado.

La guerra del Emperador, es un juego que simula las contiendas en la época napoleónica a nivel estratégico en toda Europa. Cada uno de los jugadores tomamos el papel de un país. Pero esto no se hace por azar, sino pujando PVs al principio de la partida. Desde luego una cuestión muy bien resuelta y que me ha gustado, pues también tiene cierta picaresca y faroleo. Todos los jugadores comenzamos con 100 PVs y de esos podemos pujar los que nos de la gana para tratar de llevar al país que mejor nos convenga. Normalmente he de decir que es raro que algún jugador puje más de 12 PVs para intentar llevar a un país en concreto, pues aunque las diferencias de potencial entre llevar a un país o a otro son plausibles, la desventaja está bien resuelta con las condiciones de victoria, que son distintas para cada uno de ellos (en definitiva, distinto número de PVs a alcanzar para ganar).

Y es que en este juego todo es diversión y ya desde bien temprano. Sí es cierto que tiene algunas mecánicas farragosas, como la de los combates, pero los defectos están suplidos con sus amplias virtudes y su diversión y jugabilidad.

En resumen tenemos que gestionar tropas y dinero, territorios que dan punto de victoria y dinero, y gestionar muy bien nuestras alianzas y nuestras guerras. El dinero sirve para comprar tropas, infantería, caballería y artillería a distinto precio claro. Y el dinero también sirve, y esto es bastante importante, para comprar PVs

Una imagén del segundo día de partida. Tercer años del juego. Prusia amenaza la capital francesa. Una coalición austro-prusiana espera en tierras de Baden, presta a atacar.

Aunque al final, y metidos en guerras intestinas del viejo continente, ya nadie se atreve a gastar una mísera peseta en algún punto de victoria de dudoso beneficio. Además los puntos de victoria ganados en el campo de batalla saben cien veces mejor que aquellos comprados con la base del ahorro y el esfuerzo.

Volviendo sobre el juego. Hay un poder que destaca sobre el resto, Napoleón, pero se ve compensado por las alianzas que practican el resto de jugadores entre sí para tratar de apaciguar su fiereza y poder entre todos.¿lo lograrán?

Durante la partida yo llevo a Napoleón y sus numerosos regimientos franceses, intentando llevar la paz a toda Europa, mientras una serie de elucubradores adversarios europeos me lo ponen dificil.

Por suerte, logre alianzas imprescindibles y no esperadas durante el desarrollo de los primeros años (que son los que os cuento ahora).

Mi hermano Pepe comandando los ejércitos de Castilla hizo mucho mal al pérfido inglés (financiero de la guerra en Europa) y sus colonias portuguesas.

A mi lado se han juntado en desigual batalla, los reinos de España, con mi hermano Pepe a la cabeza (durante los primeros años) y el Gran Turco (después), que muy  bien he recogido en mi seno por venir a mí y llorarme de que los rusos estaban quemando sus aldeas y poblados. (ambos, España y Otomano, potencias mayores no controladas y que por tanto se pueden controlar gracias a una tirada de dados).

Al principio Francia y Austria nos encaramos en una contienda de desgaste en centro-europa y por territorios italianos que tampoco nos trajo mucho provecho. Mientras, Prusia y Rusia continuaban pertrechándose para sabe Dios que planes.
El Británico daba para el saco todo el tiempo (que entre otras cosas es lo que tiene que hacer en el mapa) y así seguían pasando los años.

Hasta que bien entrados en faena y viendo que Austria era pasto de la llamas de mis ejércitos y que aquel malhechor austriaco estaba a punto de rendirse, salieron en su ayunda conformando la Triple Alianza Maldita más Inglaterra de agregado financiero.

Mal que le pesó, al inglés digo, pues sus colonias americanas se le revelaron durante un año entero y tuvo que sufragar la guerra en America.

Ya en estas historias pasó lo que sigue:

Hubo una gran batalla entre Napoleón y el Austriaco en Baden. El Francés aprovecho la ventaja de ir primero y atacó sin piedad. Las fuerzas estaban más o menos igualadas pero superiores para el Francés.

Y siiiiii, jojojo, 6 a 1, victoria histórica, Napoleón recordaba a aquel de Austerlitz, brillante táctica, y arrasamiento del ejército austriaco (aun así aguantó bastante bien).

El Prusiano observaba en su guarida y el ruso, bueno el ruso... descansando el verano en su dacha. Toda Europa contuvo el aliento, una vez más. Porque ahora Austria estaba a merced de Francia. Pudo haber sido una jugada inteligente haberle arrasado definitivamente (pues al frances aun le quedaban puntos de movimiento y ataque) pero decidí retirarme a Paris y defender mi patria de lo que se avecinaba.

Meses después el turco aprovechó para devolver a territorio francés terrenos ocupados previamente por el inglés, que estaba haciendo mucho daño con sus desembarcos en todo el litoral atlántico (a ver quien coño para tal supremacía marítima). Que gran aliado el Gran Vizir! Hermano mío, yo te acojo en mi seno.

En todo el tiempo que ha pasado, tampoco es que haya sucedido nada más interesante a destacar. Como veis, los dos petoutos de la triple alianza maldita se proponen a atacar París, dejar a Francia en pañales y al borde de la rendición. España ya se ha rendido. Y sólo el gran turco sigue a mi lado como fiel escudero. Juntos dominaremos el mundo!

El desenlace, en próximos episodios. ¿sucumbirá Napoleón frente a los ejércitos de la coalición del miedo? o por el contrario ¿será el fin de la europa conocida y el inicio de un gran imperio sólo en parangón con aquel que alumbró un tal Cesar de los Julios?