martes, 7 de julio de 2020

Diario lúdico de la cuarentena.


Parece que las cosas por aquí (Mariña luguesa mediante) van poco a poco volviendo a la normalidad. Mi test de confirmación fue que he vuelto a pedir algún juego por correo. XD

En esta temporada jugué poco. Como la mayoría; mucho trabajo, confusión, incertidumbre y poco tiempo para un hobby como éste, que yo entiendo estupendamente exigente y eminentemente social. Mi grupo ordinario no ha vuelto a reunirse todavía.


Pero también hubo grandes momentos, cuando por fín me animé a jugar más en serio por Vassal (y por tanto conectar con la gente). Y en esas he podido retomar el Operation Dauntless o el Monty´s Gamble, darle al 65 y probar -e incluso participar en el playtesting- de juegazos P500 como el Congreso de Viena o el The Weimar Republic. 
También anticipé el Imperial Struggle y estoy pendiente de catar el Brotherhood and Unity... en fin, que no todo ha sido un páramo. 


Con el relajo de la situación, pude echar mano de la familia. Esa fue mi "fase 2": recurrir a los viejos títulos "incunables" como el VITP o a "card driven" variados: FTP, Paths, BTB, Cruzada y Revolución... 
También algún "multi" como el Time of Crisis o el Churchill se colaron en el progama. Hasta el Estudio en esmeralda, que nos dio alguna sesión épica con los sobrinos!
Por una parte todo resultó genial, claro. Pero por otro tuve esa sensación de que algunos de ellos los tengo tan "amortizados" que casi los juego en automático... quizá -sin abandonarlos del todo, por supuesto- es el momento de cambiar un poco el menú?


Por tanto, aquí estamos, rumbo a mi "nueva normalidad". Esperando unos paquetitos a punto de llegar (de hecho alguno apareció ya ayer, como el Imperial Struggle). Yo que me temía retrasos por las elecciones pendientes. 
Con éste tengo sensaciones encontradas. Por supuesto es pronto para decirlo (aún espero terminar hoy mi primera partida) pero no se... 


Me siento muy de acuerdo con una reseña en BSK donde se comentaba que hay demasiados hilos por donde tirar. Tantos que incluso puedes perder el dibujo del tapiz. 
Entiendo que esa profusión de lineas o la cantidad de aspectos a tener en cuentas es clave para el trasfondo del juego, que está muy presente, así como para favorecer la rejugabilidad y el que los dos países alcancen la victoria. Pero me preocupa -a mí al menos- que acabe por desconectarme y, a modo de un "matrix" lúdico, solo sea capaz de ver unos y ceros.

Desde luego, no es un juego para jugones ocasionales o ligeros (lo que yo en principio pensaba) ni desde luego para wargameros "típicos". Quizá está en el medio de dos mundos, lo cual puede ser bueno (o malo). Veremos.


A una escala diferente, también llegó una revistilla de "Special Ops" con el juego Avenge Pearl Harbour. En este caso un wargame puro sobre la planeada invasión del Japón en el otoño del 45. Corto, bonito y bien editado, ya sabéis que no soy mucho de hipotéticos pero es que comparte el sistema del "What price of Glory", una joyita sobre el primer año de la Gran Guerra en el frente occidental que siempre recomiendo porque es una pequeña maravilla. Con que éste se acerque a la mitad de su disfrute, es más que suficiente. Y si no, siempre quedará como "fondo de armario". 

Aviones japos lanzándose sobre portaaviones yankys! Qué más necesita un grognard! 

Seguiremos informando.