jueves, 17 de enero de 2013

No hay paz sin España.

Antes de terminar, hoy, nuestra campaña en Holanda y de empezar la siguiente, en concreto al Red Star Rising, Farnesio me propuso una partida a este juego. Yo lo conocía de oídas y, en principio, me parecía interesante por varias razones. Así que nos hemos puesto a ello...


Recrea la llamada Guerra de Sucesión española, tras la muerte de Carlos II sin descendencia, a mitad de camino entre las luchas casi feudales de los Treinta Años y los conflictos napoleónicos, ya con verdaderos ejércitos "nacionales". Y fue muy relevante para definir los roles de los paises europeos en los siglos siguientes (a nosotros nos "tocó" la parte mala, por desgracia).
Inició además la "ingeniería política" y la creación de estados tapón que tan malos resultados ha dado a nuestro continente en el último siglo...

La partida se desenvolvío con fluidez, llegamos al turno cuarto, cuando se terminó con victoria del bando "francés" (por una vez han sabido ganar una guerra, jeje).
Estoy acostumbrado a ver el sistema de "Card Driven" complicado sucesivamente pero en este caso es la primera vez que lo encuentro simplificado. Me parece un acierto. Y esa es una de las cosas que más me gustó, lo bien engrasado que está todo. No lo había jugado nunca pero, ayudado por las explicaciones de mi colega, enseguida comprendí la mayoría de los mecanismos.
Y las dudas que nos surgieron estaban más suscitadas por las típicas preguntas que te haces como wargamero (casuísticas varias) que por defectos en los mecanismos.

Así parece lógico que, a diferencia de juegos ambientados en épocas más modernas, prácticamente las campañas te marcan su propio ritmo, pues es difícil no verte trabado y condicionado por el propio discurrir de los enfrentamientos y del terreno en que se sitúan (eso de saltar de escenario a escenario, pfff). Y desde luego hay que tener en cuenta muchos condicionantes antes de embarcarse en una batalla (ojo, que aquí se favorece bastante al defensor, no estamos en la segunda guerra mundial).


También es agradable su diseño. Con un mapa bonito, aunque España está un poco desproporcionada, (y no sale Pontevedra, maldición!) :) y unas fichas y marcadores muy funcionales. Me gustó especialmente la manera de aprovechar el espacio con lugares reservados para colocar las cartas de eventos más importantes y duraderos. Esa es una buena decisión de desarrollador!

Por lo demas, cosas bien probadas: unidades que se activan con lideres que tienen dos valores, uno de combate  y otro para la cantidad de tropas que deben mandar, asedios, interacción naval simplificada, etc...


La pega principal que le pongo (y casi única) es su sistema de combate. Ya sabeis que no aprecio lo de pegar con "cincos y seises". Se que el diseñador busca hacer una cosa sencilla, representar la aleatoriedad de la guerra y todo eso, pero aún así... una tablita (de proporciones o en función de los factores, etc) le hubiera venido muy bien. Quizá soy muy radical pero la verdad que esa forma de resolver el asunto no me gusta nada, para mí invalida la mayoría de los juegos. Sobre todo si en el resto de los aspectos tienen pretensiones.
Así que en ese sentido no puedo darle la bendición. Desde mi punto de vista es un buen juego para iniciarse pero se me queda corto...


Esta es la imágen del final de nuestra partida. El elector de Baviera amenazaba Viena cuando tuvo que recular para salvar su capital. En la batalla subsiguiente los austriacos fueron ampliamente derrotados. La campaña decisiva, estuvimos de acuerdo ambos jugadores, tuvo lugar entre el norte de Italia y ese teatro.



The End.


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